Imbroda debe dar la cara y explicar si el curso se va a prolongar hasta el mes de julio

Vivimos unos tiempos en los que las exigencias de la realidad hacen muy difícil las previsiones a largo plazo: lo que hoy parezca una buena idea mañana podría serlo no tanto y pasado mañana ser, decididamente, un error. En medio de la crisis pandémica que vive España parece haber quedado claro que la labor del personal sanitario y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado está fuera de toda duda y recibe el aplauso –literal– de toda la ciudadanía; no puede decirse tristemente del esfuerzo que están desarrollando los docentes, que a pesar del esfuerzo ingente y la escasez de medios con la que está desarrollando su labor, siempre topará con la suspicacia de ignorantes y de maliciosos que la cuestionen.

Se nos ha dicho que debemos continuar atendiendo a nuestros alumnos y proseguir el desarrollo del curso por vía telemática, y es justo que sea así puesto que el decreto de alarma fue activado cuando estaba concluyendo la segunda evaluación y hubiera sido una enorme irresponsabilidad hacia el alumnado anular todo lo trabajado hasta ahora; con una voluntad digna de mención, alumnos y profesores continúan a día de hoy trabajando y avanzando los temarios, se están culminando las sesiones de la segunda evaluación que aún quedaban pendientes y las notas enviándose, mientras los contenidos de la tercera están en muchos casos ya en pleno desarrollo; dicho de otro modo, el curso avanza y, a pesar de las limitaciones acarreadas por la pandemia, las nuevas tecnologías y –no dejemos de repetirlo– la capacidad de sacrificio de los docentes han conseguido imponerse a ellas.

Conscientes de esto, los profesores no vamos a reclamar aplausos, pero sí vamos a rechazar y denunciar públicamente la torpeza y la ignorancia de unos gestores públicos que, cuando no dan la talla, por prudencia debieran mantener cerrada la boca y apartarse discretamente a un lado. Estamos hablando de Juan Marín, señor de variopinta y mudable trayectoria política que en estos momentos ejerce de Vicepresidente de la Junta de Andalucía y que, dado que el señor Consejero de Educación Javier Imbroda apenas ha dicho esta boca es mía desde el estallido de la crisis –¡qué diferencia con la autoridad y el desparpajo del Consejero de Sanidad Jesús Aguirre, siempre dando la cara ante los medios!–, ha asumido de facto el liderazgo de la Consejería de Educación. En efecto, en recientes declaraciones a la Cadena Ser Juan Marín ha declarado sobre el actual curso 2019-2020 que 

“…Se ampliarán los plazos que se tengan que ampliar para que todos los alumnos y alumnas de Andalucía puedan acabar sus cursos en cualquier etapa: en la Infantil, en Primaria, en Secundaria, en Bachiller, en la Universidad. Se adaptarán también, en este caso, los tiempos para que todo el mundo pueda acabar con normalidad y si, en vez de acabar el curso el 20 de junio tiene que acabar el 20 de julio, pues no pasará nada, estaremos un mes más estudiando”

Escuchado esto, uno llega a la conclusión de que o bien el señor Marín ignora supinamente todo el trabajo que se está haciendo por parte de profesores y de alumnos, o bien –lo que es peor– lo desprecia y le parece insuficiente.

Desde APIA exigimos YA que Javier Imbroda dé la cara y confirme o rechace las palabras de su Vicepresidente. Por magro que sea el conocimiento que el actual Consejero de Educación posea sobre la enseñanza pública andaluza, no le imaginamos tan corto de luces como para ignorar el rotundo fracaso y el rechazo que por parte de profesores y de alumnos se derivaría de esa prolongación anormal del curso un mes más. Esperamos que el Consejero tenga fresco en el recuerdo cómo acabó su “programa de refuerzo educativo” de hace un año, antes de insistir este curso también en experimentos durante el mes de julio.